Su grandeza es muy llamativa, tanto que casi seguro te
costará captar toda la enormidad del imponente Duomo de Florencia en una sola
foto. Estamos ante una ciudad que tiene muchísimo que ver. Solo aquí se puede
dar el paradójico caso de que la visita a un edificio como este no sea lo que
más te marque (si viajas en pareja el puente sobre el Arno al atardecer tiene
muchas bazas), pero esta suele ser una papeleta ganadora. Visible desde casi
cualquier punto de Florencia esta impresionante catedral es ni más ni menos que
un símbolo de opulencia. Su fachada está hecha en su totalidad de mármol blanco
y verde, también algo de rojo. Entrar en la plaza en la que se encuentra es
sentir que el cuerpo se te estremece por su tamaño. Definitivamente estamos
ante una visita obligada.
Florencia es una ciudad grande, pero digamos que su
aeropuerto no es el más activo de Italia. Desde España sólo hay vuelos desde
Madrid y Barcelona. Si no vives ahí las mejores opciones son volar a Pisa, que
está a algo más de 80 kilómetros o a Bolonia, que está a unos 110. Milán (que
fue nuestro caso) o Roma están bastante más lejos, pero las carreteras son
buenas, así que tampoco tienen mucho problema y si visitas el resto de la
Toscana tendrás que moverte de todas maneras. Una vez en Florencia buscar el
Duomo o catedral no te va a resultar muy difícil. Cerca del río Arno, que divide
la ciudad y en pleno casco antiguo. Está también muy cerca de la plaza de la
Signoria y del resto de lugares más turísticos de la capital toscana.
Evidentemente está ubicada en la
inconfundible plaza del Duomo. Todo el mundo la conoce así, pero el nombre
completo es “Catedral de Santa María del Fiore”. Cuando se terminó era la
catedral más grande de Europa. Cuentan que dentro caben unas 30.000 personas.
Ahora es la quinta y por cierto, una de las que la supera en tamaño es la
catedral de Sevilla.
Todo el centro de Florencia es patrimonio de la UNESCO
desde 1982, que ya tardaron. Recomendamos no visitarlo en agosto. El templo no
se derrite, pero tú probablemente lo hagas. Además tendrás que pegarte con la
horda de turistas que buscan exactamente lo mismo que tú. No, mejor otra fecha.
Si no te queda más remedio que hacerlo, paciencia, protección solar para los 37
grados y a la calle. Lo que tienes delante merece la pena. La visita al
interior del templo es completamente gratuita. El único riesgo que puedes tener
es que haya cola y pasa más de lo que parece. Sin desmerecer al interior, lo
más bonito está fuera. El otro gran detalle del Duomo es su enorme cúpula, la
obra maestra de Brunelleschi con más de 45 metros de ancho. Una burrada.
El Duomo no es sólo el Duomo. En el interior puedes
acceder a la Cúpula (más de 400 escalones y sin ascensor, vete descansado), la
Cripta de Santa Reparata, que está en la nave central, el Museo Dell’Opera,
justo al lado, el Baptisterio de San Giovanni, que está enfrente de la fachada
central y que también es bastante impresionante y el Campanile de Giotto, al
que se accede por el lateral y que ofrece fantásticas vistas de toda la ciudad
(previa subida de otros más de 400 escalones sin ascensor, claro). Hay un ticket combinado en el que te hacen
una visita guiada por todo por 30 euros, aconsejable en temporada baja de
turistas, si acaso.
Pocas fotos de las que veas, incluso las más
espectaculares, harán justicia a este edificio, te lo garantizamos. Estar allí
no tiene precio.
Aquí te dejamos algún enlace interesante:
Y recuerda que puedes pinchar en cualquiera de las fotos
para verlas más grandes
Comentarios
Publicar un comentario