La ciudad amurallada de Carcassonne



Francia es uno de esos países con multitud de tesoros escondidos y afortunadamente para nosotros, lo tenemos al lado. Hoy te hablamos de nuestro viaje a la ciudad amurallada de Carcassonne, o Carcasona para nosotros. Situada al sur de Francia, la considerada “Cité” ocupa sólo una parte de la ciudad, pero sin duda alguna es la más turística. Un espectacular recinto en el que puedes disfrutar de sensacionales monumentos y grandes vistas. Carcasona está ubicada en un lugar estratégico, lo cual ha sido explotado desde hace cientos de años. Penetrar por sus murallas implica también un viaje en el tiempo, claro que si estás en agosto lo encontrarás todo lleno de turistas, así que tendrás que hacer más de un ejercicio para imaginarlo.

Carcasona está a unos 80 kilómetros al sur de Toulouse y cercana también a ciudades como Perpignan (junto a la frontera con España) o Montpellier. Tiene aeropuerto, pero no hay conexiones con ninguna ciudad española. Lo más normal es volar hasta el moderno aeropuerto de Blagnac, en Toulouse, como fue nuestro caso, pero si vives en Madrid debes saber que puedes ir en tren hasta Narbona, que está apenas a 60 kilómetros y si vives en Barcelona, enhorabuena, hay tren AVE directo que te pone en Caracasona en 2 horas y 25 minutos. De hecho si vas en avión hasta Toulouse una buena opción es que luego llegues a Caracasona en tren. Las conexiones son bastante numerosas, de alta velocidad y con precios razonables.


La ciudad no es especialmente grande, pero si te alojas en el centro, debes saber que hay cierta distancia hasta la Cité, que es la principal atracción turística. La mayoría escoge alojarse en alguno de los numerosos hoteles cercanos, a apenas unos metros del recinto amurallado, incluso dentro hay alguna opción de alojamiento. La entrada más usada es la Puerta de Narbona, con un gran jardín y el cementerio a sus pies. Es uno de los puntos en los que puedes comprobar lo imponente del recinto.




Como ya te hemos dicho, estar en el interior es cómo haber cambiado de mundo y haber viajado varios siglos atrás. La ciudadela fue el origen de la ciudad y su construcción se remonta a la Edad Media. Es Patrimonio de la UNESCO desde hace casi 20 años y también uno de los monumentos más visitados de toda Francia, que es mucho decir. La doble muralla mide unos tres kilómetros. Si quieres preguntarte cómo era una ciudad en la Edad Media estás de suerte, aquí tienes la respuesta. Para buscar el contraste sólo tienes que asomarte.



En total la ciudadela cuenta con cuatro puertas de acceso y un par de visitas muy notables en el interior. Empezaremos por la Basílica de Saint-Nazare, un templo románico que comenzó a construirse en el siglo XI y hasta 1800 fue la catedral de Carcasona (después hicieron la de Saint Michel que es la actual y está fuera de la Cité). Por supuesto se puede visitar también por dentro. La pequeña plaza y las pocas calles que la rodean probablemente sean algunos de los mejores rincones que puedas encontrar.



El otro gran reclamo de esta ciudad medieval es su castillo, el “Chateau Comtal” o “Castillo Condal”. Está al oeste, adosado a la muralla y también es del siglo XI. Su pequeño puente de acceso os va a dar mucho juego para las fotos. También se puede visitar, pero hay que pagar entrada y si la afluencia de turistas es elevada, puede que tengáis que esperar un tiempo. Una vez dentro podéis elegir, visita libre, con conferencia (en varios idiomas incluyendo español) o con audioguía (también en varios idiomas incluyendo español y catalán).



La ciudad da la sensación de tener el tamaño ideal. No os cansará recorrerla, pero encontraréis muchos rincones diferentes. Lo decimos porque una de las mejores cosas que Carcasona pide es pasear. Se puede aprovechar el viaje en el tiempo para descubrir muchos detalles sobre la vida hace varios siglos.



Además de la Basílica y el Castillo, dentro del recinto también se ubica el Museo de la Inquisición y hay un montón de lugares con vistas privilegiadas hacia la ciudad o el río. Por supuesto está repleto de tiendas de souvenirs y restaurantes de todo tipo con amplias terrazas. También hay hoteles dentro, no muchos, pero alguno hay. Destaca el Hotel de La Cité, ubicado junto a la basílica y apto para los bolsillos más pudientes.



Hay dos cosas más altísimamente recomendables. Una es salir de la muralla y buscar un lugar desde el que tengamos perspectiva para poder ver el recinto de lejos. La otra es la visita por la noche, ya que la iluminación merece la pena. En verano las temperaturas son muy agradables y el paseo nocturno nos da otra perspectiva, lo que hace que Carcasona sea parada obligatoria en cualquier viaje, si es que no es destino final.



A sólo 80 kilómetros aguarda el bullicio de Tolouse y a unos 60 la alegría del mediterráneo. Más cerca aún, a los pies de la ciudad, el histórico Canal de Midi, el “Canal de Mediodía”, que es navegable, así que son muchas las razones que se nos ocurren para acercarnos a un lugar que no está nada alejado.



Esperamos haberte ayudado a planificar tu visita. Aquí te dejamos algunos enlaces para que puedas seguir haciéndolo. Ya nos contarás cómo va tu experiencia.


Comentarios

  1. Es un lugar precioso, estuve hace ya unos cuantos años y me encantó. ¡Felicidades por la entrada!

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    1. Hola Susana, nosotros, como has leído, efectivamente volvimos encantados el año pasado. Es un lugar de cuento. Muchas gracias por tu comentario y por compartir. Nos encanta cuando nos dejáis comentarios comentando vuestra experiencia así que tienes las puertas abiertas para cuando quieras. Un abrazo.

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