A veces los lugares más bellos son simplemente aquellos
que tienen la capacidad de sorprenderte. A menudo cuando planificamos un viaje
sabemos casi exactamente lo que nos espera. Eso no disminuye nuestras ganas de
visitar, pero sí la capacidad de impacto. No es malo, pero cuando no sabemos
nada de nuestro destino puede que nuestros sentidos lo expriman más
intensamente. A nosotros nos pasó con el lago Plansee, en el Tirol del norte de
Austria. Uno de esos sitios que casi nadie, a no ser que se resida en la zona,
viaja para conocer específicamente, pero que muchos nos encontramos de camino y
lo recordamos como una de nuestras mejores paradas.
A nosotros nos sucedió lo que le sucede a la mayoría. Estábamos en la ciudad de Füssen, que es Alemania, a sólo 800 metros de la frontera con Austria. Veníamos de visitar el imponente castillo de Neuschwanstein (aquí te contamos cómo es) y vimos que en nuestro viaje hacia Munich quizá podríamos hacer parada en el castillo de Linderhof, otro de los construídos por Luis II, este a imagen y semejanza de Versalles (ya hablaremos de él) y también en la preciosa abadía de la ciudad de Ettal. Eso fue lo que le dijimos a nuestro navegador, “llévanos a Linderhof”, y lo primero que hizo fue salir de Alemania para entrar en Austria. A lo largo de varios kilómetros se extiende una serpenteante carretera cada vez más tranquila que discurre casi continuamente junto a un río. Al final el río desemboca en el lago Plansee, un remanso de paz.
En nuestros viajes hemos visto otros lagos, casi siempre
sinónimos de calma, aunque de alguna manera este fue especial. Era media mañana
y no se oía prácticamente nada, salvo la naturaleza. En el Plansee sólo
encontrarás un pequeño hotel, un camping y una serie de pequeñas embarcaciones
amarradas a un diminuto puerto en uno de los extremos y otro hotel con algún
bar en el otro, apenas cinco kilómetros más allá. El lago se extiende hasta que
la carretera gira en dirección norte para volver a dirigirse a Alemania. Munich
está cerca e Innsbruck a apenas hora y media.
Es un remanso de paz y en el mundo hay muchos. El Plansee
es uno de nuestros favoritos y probablemente sea por la sorpresa que nos causó.
Toda esta zona del norte de Austria y sur de Alemania está repleta de lagos y
es ideal para los amantes de la naturaleza y el senderismo. Además hay
muchísimo que visitar.
Este post forma parte de la Ruta por la Baja Selva Negra y el lago Constanza donde te explicamos nuestro recorrido y dónde nos alojamos.
Recuerda que puedes pinchar en las fotos para verlas más grandes o visitar nuestro Pinterest
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