Quito y la eterna primavera


Dicen de Quito muchas cosas y casi todas buenas. Probablemente es la capital sudamericana más cómoda y su clima es casi perfecto. Además cuenta con un centro histórico precioso declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO, es barato y su gastronomía probablemente suponga todo un descubrimiento si no la conoces. Como da para más de un post, vamos a contaros sólo algunas de las cosas que nos encantan. Bienvenidos a Quito.




Es difícil encontrar un lugar en el que puedas tener calor por la mañana, disfrutar de una tormenta tropical a mediodía y tener que ponerte el abrigo por la noche. En Quito pasa todos los días. Es raro tener menos de 8 grados y más raro aún tener más de 26. Sucede que está a casi 3.000 metros de altura y próximo a dos volcanes activos, el Cotopaxi y el Pichincha. Puede que incluso veas a gente paseando con paraguas al sol. Esto es porque la radiación ultravioleta aquí es muy alta.

Si te decides a visitarlo lo normal es que llegues a través del nuevo y flamante aeropuerto Mariscal Sucre, que está fuera de la ciudad. Eso que te pierdes, porque hasta hace pocos años el aeropuerto estaba en pleno casco urbano y tenía su cosa volar a la altura de los edificios para aterrizar sin divisar la pista, que aparecía de repente.

El centro neurálgico del Quito histórico es la Plaza Grande. Allí encontramos tres de sus edificios más representativos. El primero es la Catedral Metropolitana, que data del siglo XVI. De un precioso blanco, da gusto admirarla, tanto por dentro como por fuera.



A su lado el Palacio de Carondelet, sede del gobierno ecuatoriano. Lo ilustramos con una foto en la que se ve poco edificio y mucho presidente. Lo explicamos. No fue a propósito, pero era un 12 de octubre cualquiera, día de la Hispanidad. Nosotros simplemente dábamos una vuelta por la Plaza Grande y de repente al balcón del Palacio asoma el presidente, Rafael Correa. Miel sobre hojuelas. Ahí tenéis la foto que lo atestigua.



A sólo unos pasos está la popular Iglesia de la Compañía de Jesús. No podéis perderos su interior. Los retablos, el altar y las bóvedas están recubiertas de pan de oro y la verdad es que impresiona muchísimo.



Muy cerca de allí continuamos nuestra visita hacia la Iglesia de San Francisco, en la plaza del mismo nombre. Un lugar fantástico para divisar, no sólo el magnífico y enorme edificio del siglo XVI, sino muchos lugares de la ciudad. Además suele ser un hervidero de gente. Y una curiosidad; en los bajos de la plaza podéis encontrar el Centro Cultural Tiánguez, que os permitirá un recorrido a través de catacumbas por la cultura ecuatoriana basado en el comercio justo.



Si salimos del centro histórico citaremos tres sitios más de los indispensables. Uno es el Panecillo, un pequeño cerro que ofrece fantásticas vistas a la ciudad, de hecho es su principal mirador. Está coronado por una escultura gigante, la Virgen de Quito, visible desde muchos puntos de la ciudad. Tan conocida es que es la foto con la que hemos arrancado este post. Claro que si lo que te gusta son las vistas, otra buena sugerencia es que te subas en el teleférico de Quito, el más alto de Sudamérica. Te va a llevar a 4.050 metros a la Cruz Loma, junto al volcán Pichincha. Desde ahí sí que podrás observar en toda su magnitud la ciudad de Quito.



Una última visita obligada es la impresionante Basílica del Voto Nacional, un templo religioso neogótico inaugurado por el Papa Juan Pablo II hace ya 30 años. La verdad es que es impresionante no sólo verlo de cerca, sino también divisarlo desde lejos. Cuentan que lo comparan con la catedral de San Patricio en Nueva York y la de Notre Dame en París.



Ya en el extraradio no puedes dejar de visitar el complejo turístico de La Mitad del Mundo, con interesantes experimentos y muestras de artesanía del país. 

Pues esto es sólo un poco de lo mucho que Quito en particular y Ecuador en general ofrecen. Las visitas puedes acompañarlas con los clásicos ceviches (ojo, los ecuatorianos son diferentes a los populares peruanos), panes de yuca, empanadas de morocho, el ají, el locro de papa con queso o la fanesca (una contundente sopa para la Semana Santa). También son típicas las "guaguas de pan” acompañadas de colada morada para beber, que es más típico en octubre. Disfruta de tu experiencia ecuatoriana y ya nos contarás cómo te va.


Aquí tienes unos cuantos enlaces que te pueden resultar intersantes.


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