El recorrido por el Estado de Vermont era la joya de la
corona de nuestra ruta por Nueva Inglaterra (21 de septiembre a 1 de octubre 2015). Planeamos nuestro viaje para
hacerlo a inicios del otoño con el propósito de disfrutar de la explosión de
colores de sus árboles, el llamado “peak folliage”. Y es que hay muchas razones
para viajar a Vermont pero sus Green Mountains y sus árboles rojos, naranjas
y amarillos, son sin duda una de las principales. En Vermont estuvimos del 23 al 26 de septiembre. Dentro de nuestra ruta, sin duda es la parte a la que dedicamos más tiempo. Aquí te comentamos nuestro
recorrido otoñal por este bello Estado de Estados Unidos visitando Burlington,
Montpelier, Waterbury, Weston, Wilmington para luego regresar a la costa, a New
Haven y continuar con el viaje.
Tras salir de Boston nos dirigimos a Concord, todavía en el mismo Estados. A escasos 33 kilómetros de la capital de Massachusetts se sitúa esta pequeña ciudad, famosa por acoger casas de ilustres ciudadanos, entre ellas la de la familia Alcott, y por tanto de Louisa May autora de la afamada “Mujercitas”. Tras recorrer la casa con una guía y conocer un poco más la vida de esta autora y de su artística y rompedora familia, nos pusimos en camino hacia Burlington. Teníamos por delante 381 km y todas las ganas del mundo.
Y es que nosotros fuimos buscando ese momento “peak folliage” en
los bosques de Vermont y aunque llegamos unos días antes, algo de color pudimos
ver e intuir lo que podría llegar a ser.
Hay muchos blogs, foros, webs, etc. que hablan sobre ese momento “peak”
porque es casi una ciencia estar justo el día en el que se produce. Puedes
disfrutar del colorido unos días antes y unos días después, pero sólo durante
uno de ellos, el color de los árboles estará en su mejor momento. De entre todas esas web hay una, “Folliage_Vermont” , que recoge
fotografías diarias que van capturando el momento en el que comienzan a entreverse
los colores vibrantes del otoño en sus montañas. Según esa web, a partir del 28
de septiembre comenzaron a apreciarse los cambios y el momento cumbre fue el 7
de octubre. Abajo te dejamos la web para que curiosees.
Burlington
Llegamos a Burlington al atardecer y nos encantó descubrir una ciudad con mucha animación universitaria, no en vano es sede de la Universidad de Vermont. Nuestro precioso B&B estaba rodeado de casas de hermandades, en una zona tranquila a 3 manzanas del centro y en la zona alta, desde donde se intuía una preciosa vista del Lago Champlain (ver post Ruta por Nueva Inglaterra).
Para ser totalmente sinceros, Burlington se puede visitar en
un día. No requería de dos días como planificamos nosotros pero eso nos
permitió ver los alrededores. Lo más destacado sin duda de esta ciudad es la
Church Street una calle totalmente peatonal donde se sitúa el Ayuntamiento y
desde la que puedes acceder a la Catedral de la Inmaculada Concepción. Tanto de
día como de noche, esta calle principal está llena de turistas y,
principalmente, estudiantes que llenan los múltiples bares y restaurantes que
se concentran ahí.
Pero sin duda, el Waterfront Park, a orillas del Champlain
es el lugar imperdible de Burlington para admirar una preciosa puesta de sol.
Se trata de una paseo que acoge bancos y románticos balancines donde sentarte a
contemplar, relajarte y hacer fotografías.
Lago Champlain
Si tienes tiempo, como nosotros, te recomendamos que recorras las islas del Lago Champlain. La carretera que accede a las islas es un corto y precioso viaje. Nosotros llegamos hasta North Hero (fotografía de abajo) y ahí compramos un delicioso Jarabe de Arce. El recorrido tiene una zona mirador justo al lado de la carretera apto para hacer preciosas fotografías del lago y en el que puedes aparcar el coche perfectamente en tu camino de regreso a Burlington.
Montpelier y Waterbury
Nosotros aprovechamos nuestro segundo día en la zona para ver los alrededores y nos dirigimos a la capital del Estado de Vermont, Montpelier. Se trata de una ciudad pequeña, la más pequeña de todas las capitales de Estado, que no llega a los 8 mil habitantes pero que acoge una impresionante State House. Su cúpula dorada es visible desde toda la ciudad prácticamente y cuando lo vimos por primera vez no nos podíamos creer que esa ciudad tan pequeña contara con un edificio de esas características. Merece la pena ir a Montpelier para visitar su “Capitolio” y además la visita es gratuita.
Desde ahí y antes de regresar a Burlington puedes visitar la
icónica primera tienda de Ben & Jerry’s. Nosotros preferimos ir al centro
de visitantes del Green Mountain Coffee en Waterbury. Si eres amante del café
no dejes de visitarlo y si te gustan los cafés con sabores este será tu
paraíso.
Weston
Dejamos Burlington y nos marchamos hacia el sur. Para ello
nos dirigimos hasta Duxbury para tomar la mítica ruta 100. Una carretera
escénica que bordea el Green Mountain & Finger Lakes National Forest, cruza
pequeñas localidades como Warren, Killintgton, Plymouth o Weston, nuestro
destino final en este primer día de ruta.
Weston es una pequeñísima ciudad de no más de 600 habitantes
del Condado de Windsor, en pleno corazón de Vermont. Su B&B es famoso como
ya os contamos en el ya mencionado post “Nueva Inglaterra: Disfrutar y dormir en 4 Estados”
aunque no fue uno de nuestros favoritos en el viaje. No hay mucho que hacer en
el pueblo, aunque tiene alguna galería, museo y un conocido teatro, el Weston
Playhouse pero guarda un as impresionante bajo la manga, dos en realidad: The
Vermont Country Store y la Weston Village Christmas Shop. En ambas disfrutarás
muchísimo. La primera es impresionante, llena de todo lo que te puedas imaginar
y con ese ambiente de tienda de antaño, rústica y muy norteamericana. Un buen
lugar para comprar los regalos para la familia. La segunda es una delicia donde
podrás comprar alguna cosilla para tu árbol de navidad. Justo al lado tienes
también la Weston Village Store, pero para serte sinceros ni entramos. Nos volvimos
algo locos comprando en las dos tiendas anteriores y no queríamos seguir
pecando.
Lo dicho, Weston tal vez no requiera de una noche pero sus
dos tiendas, sobre todo “The Vermont Country Store” sí merece una parada en el
viaje.
Wilmington
Al día siguiente nos volvimos a poner en camino hacia el
sur. Continuamos por la ruta 100 disfrutando de los paisajes de la zona, del
color de sus árboles, de los pueblitos que íbamos atravesando: Londonberry,
Wardsboro hasta llegar a Wilmington. Una ciudad que, para nosotros, destaca de
entre todas las encontradas en el recorrido. Es verdad que era domingo y que el
ambiente era estupendo, pero es sin duda una localidad muy bonita, llena de
tiendas, galerías, restaurantes y con mucha vida en comparación con el resto. Tiene
más de 2.000 habitantes y eso se nota. Nosotros nos dedicamos a disfrutar del
ambiente, del sol, paseando por su calle principal, junto al río el “North
Branch Deerfield River” y disfrutamos de un delicioso plato de calabaza frita
con “Sour cream”. Para chuparse los dedos.
Después de comer iniciamos el tramo final de nuestro viaje
ese día hasta llegar a New Haven para visitar la Universidad de Yale y hacer
noche, pero como siempre eso será en un siguiente post.
Para finalizar queríamos comentarte que todas las ciudades,
incluso las pequeñitas, tienen un centro de visitantes donde recabar información
sobre lo que visitar en cada una de ellas y mapas tanto del Estado como de las
propias ciudades o pueblos. No olvides acudir a ellas porque te pueden orientar
mucho. Otra razón para acercarte a ellas es que puedes usar sus aseos. Algo que
viene bien saber cuando viajas por rutas como la 100.
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