Lugares en los que quizá te gustaría estar (VIII): Thun



Lugar pequeño junto a un lago, con casco histórico de ensueño y castillo presidiendo. Reconozcamos que es una combinación ideal, no tan fácil de encontrar, con la que nos morimos de gusto. Uno de los lugares dónde la encontramos es en Thun, una preciosa ciudad suiza junto al lago del mismo nombre y con un imponente y pintoresco castillo del siglo XII perfectamente conservado. Con el Aare dibujando meandros en pleno casco antiguo, el turismo ha florecido desde hace más de un siglo con absoluta naturalidad. ¿A quién no le gustaría pasar por aquí? En el país de los francos suizos los tesoros son muy numerosos. Hoy descubrimos algo más sobre este que reposa junto a los Alpes.

Thun es una de las ciudades más importantes de la región de Berna, en el centro de un país de por sí pequeño. Sólo desde Palma de Mallorca hay vuelo directo a Berna, así que las mejores opciones para llegar son Ginebra y Zurich, que cuentan con conexiones a numerosas ciudades españolas y no están especialmente distantes (sobre todo Ginebra) o el aeropuerto de Basilea, también muy cercano y utilizado por numerosas low-cost.



Suiza es un país lleno de lagos y de paisajes ideales. Thun está próximo a los lagos más importantes del centro del país, junto a la región del Jungfrau y con los Alpes berneses presentes a lo lejos. Está a menos de 30 kilómetros de Berna, la capital del país. En nuestro caso llegamos en coche, aunque el tren está también muy asentado. Quizá su gran tesoro es el castillo, que lejos de contar con una apariencia medieval clásica, pese a ser de esa época, está revestido de un pintoresco blanco con cuatro torres que le dan una apariencia completamente cuadrada. Está en la zona alta de la ciudad, presidiéndolo todo.



El castillo se puede visitar y es conveniente preparar bien la visita porque suele cerrar a primera hora de la tarde (dependiendo de la época del año a las 4 o a las 5), así que hay que apurarse. Tiene cinco pisos y en su origen era puramente administrativo. Destaca por su sala de los caballeros y como podéis imaginar sus torres ofrecen unas vistas de la ciudad y de toda la región que son absolutamente envidiables. La entrada cuesta 10 francos. El castillo alberga también el Museo Histórico.



Incluso si no pretendéis visitar el castillo por dentro es bueno un paseo hasta sus puertas. Os permitirá conocer mejor esta preciosa parte de la ciudad y presenciar de cerca este edificio que realmente merece la pena. Y es que cuando estás abajo sorprende su altura. El castillo es visible casi desde cualquier punto de la ciudad y ciertamente está muy cercano a la zona más comercial, así que no será difícil. Alguna cuesta hay, pero nada que no se pueda superar.



Afortunadamente visitar el castillo no es la única manera que tenemos de conseguir fantásticas vistas de la ciudad, que probablemente es otro de los grandes encantos de Thun. Las vistas están en casi todas partes, casi hay que plantearse cuál es la que se quiere conseguir para saber a dónde ir. Nosotros recomendamos desplazarnos a sólo unos metros del castillo, a la cercana Stadtkirche, una iglesia protestante, que también es visible desde muchos lugares y que es un auténtico monumento en sí, con una torre octogonal que data del siglo XIV.



También desde allí podemos obtener fotos como la que mostramos en la portada, que incluyen el icónico lago y los cercanos Alpes. Ahí encontramos los tejados de la ciudad de Thun y nos hacemos una idea real de su tamaño, modesto para nosotros, importante en un país como Suiza, pero en cualquier caso perfectamente accesible para el peatón que simplemente debe limitarse a pasear.



En nuestro camino hacia la ciudad, o si salimos de ella, tendremos también las mejores oportunidades para encontrar la postal adecuada, en la que el castillo lo llenará todo. Y es que quizá quienes residan allí no lo valoren, pero poder caminar o montar en bicicleta rodeando las azules aguas y recordando historias medievales, es algo que no muchos lugares pueden permitirse.



Pero, ¿qué hay del centro comercial de Thun? No es algo que debamos dejar de lado. Salpicado de restaurantes y tiendas se puede pasear a ambos lados del Aare. Un par de puentes, el Mühlegässli y el Sinnebrücke actúan como cómplices para que podamos tener la mejor foto. Son puentes peatonales y mucho más, balcones gratuitos a un paisaje perfecto.



Podemos comer y si es verano tomar un helado a una temperatura ideal. Frente a nosotros, junto a uno de los puentes está la esclusa de Thun, que marca el punto de partida o llegada de nuestro recorrido junto al río. Es difícil desviar la atención de lo que vemos.



Si cruzamos al lado del castillo encontramos un par de cosas más a tener en cuenta.  Por un lado está el casco antiguo, una joya fácil de recorrer que cuenta con una característica que lo hace muy peculiar. Y es que hay aceras elevadas que al parecer son únicas en toda Europa. Es aquí dónde están las tiendas más antiguas de la ciudad. La calle más importante es la Obere Hauptgasse, repleta de banderas en las fachadas de un recorrido angosto.



La calle desemboca en el final de nuestro recorrido, en la plaza en la que está el pintoresco hotel Krone, perfectamente situado y el ayuntamiento. Hemos vuelto a estar a los pies del castillo, a apenas 200 metros. Y es que Thun se recorre muy fácilmente y en poco tiempo, lo que no significa que no debamos dedicarle tiempo. Hay que tener en cuenta que además de pasear en esta región se pueden coger barcos de vapor con preciosos recorridos y también es muy recomendable alguna ruta en coche rodeando el lago, que nos deja paisajes exuberantes. Para nosotros Thun fue uno de los grandes descubrimientos del viaje. A continuación te dejamos algunos enlaces que quizá te puedan resultar de interés.



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