Además de paz espiritual y ganas de descansar y a la vez
de empezar cuanto antes a preparar el próximo, los viajes, dependiendo de cómo
seamos, pueden llenarnos la casa de cosas. Es el típico recuerdo que intenta
suplantar nuestra experiencia en un lugar, llevarnos de nuevo a ese momento.
Hay de todo tipo, efímeros, más o menos duraderos, eternos, baratos, caros,
grandes, pequeños… en realidad nuestros suvenir son tantos como gente viajera
hay en el mundo. Desde aquel que renuncia a traerse más de lo que se llevó en
la maleta, hasta el que piensa en comprar más maletas para poder traerse medio
viaje, el negocio es boyante. Tiendas de recuerdos hay casi en cada esquina,
claro que no sólo ahí podemos encontrar eso que hemos estado buscando. Te vamos
a contar algunos de los objetos que no hemos podido evitar traernos de nuestros
viajes. Y tú, ¿qué te traes de los tuyos?
CAMISETAS (Y ROPA, TODO TIPO DE ROPA)
Si nos duran varias temporadas podremos hablar de viaje a
todo el que nos pregunte, y preguntarán. Las típicas camisetas de tal o cual
universidad seguramente estén en muchos sitios, pero sólo nosotros podremos
decir que las hayamos comprado allí mismo. Eso sí, suelen ser tan turísticas,
que encontrar una que guste a veces no es fácil. La camiseta, ropa en general,
es el recuerdo útil por excelencia. También hay otro tipo de viaje, ese que
comienza y termina en algún Factory de las afueras de Nueva York o en los
grandes almacenes más conocidos de la ciudad de turno, que acaban arrasados por
nuestra compra compulsiva. Puede pasar…
MARCOS DE FOTOS
Viva la asociación fácil. Tiramos un montón de fotos y la
que más nos guste la guardamos en su marco presidiendo el
salón/habitación/terraza/patio interior, según nuestros gustos y posibilidades.
Con esto de la fotografía digital el marco se mantiene, pero evoluciona a
recuerdo sobrevalorado. Ojo, corres el riesgo de tener el marco vacío como
recuerdo mientras corres a comprarte uno digital para las fotos.
LIBROS (Y CUADERNOS)
Solemos picar. En casa hay más de un libro (a veces ni
siquiera en español) relacionado con alguna visita que hemos hecho. Para
nosotros es señal de que hemos estado tan metidos en lo que hemos visto que nos
apetece ir más allá y conocer más. La cultura prolonga el viaje, hace que
sigamos allí incluso en casa. En Disneyworld, por ejemplo, compramos un libro
fantástico con preguntas sobre cine con el que solíamos pasar muy buenos ratos.
Puede haber de todo.
GUÍAS DE VIAJE
Vale, este lo hemos colado, porque suele ser un recuerdo
previo al viaje, no del propio viaje. Ni mucho menos es obligatorio, pero para
nosotros es imprescindible para empezar a empaparnos de lo que vamos a ver. Lo confesamos,
nos encanta nuestra, todavía limitada (sic) colección de guías. Aún es capaz de
salvar alguna tarde aburrida pensando en un posible viaje. Cuando ya sabemos a
dónde vamos a ir, puede que esto sea lo primero que hacemos. Y como guías hay
un montón cada uno tiene sus preferencias. Lonley Planet, Guía Viva, El País
Aguilar, hay un poco de todo en la estantería.
JUGUETES, PELUCHES…
Otro clásico que no sólo está reservado a familias con
niños pequeños. Estas cosas son sorprendentemente decorativas para sofás,
camas… los hay que coleccionan peluches. ¿Porqué no hacerlo con los que vamos
viendo en los viajes?
MAGNETOS
Suele pasar que queremos traernos una misma cosa de cada uno de los sitios. En nuestro caso lo que nos priva son los magnetos, a ser posible con fotografía y nombre del lugar, aunque tampoco hacemos ascos a los relieves o figuras distintas al típico rectángulo. Si, como es nuestro caso, lo compramos en cada pueblo, acaba siendo un problema. Somos dos y nuestro frigorífico (lugar por excelencia de los magnetos) tampoco es tan grande. Por dentro no hay quien lo llene, así que nos queda grande, pero como sigamos así vamos a tener que comprar otro aparato para seguir con la colección.
TAZAS
Tomarse un café por la mañana para empezar el día recordando aquella anécdota en tal o cual viaje. El reclamo es muy poderoso y se acaba cayendo. Se acaban comprando tazas para regalar (inevitable) y al final hay tantas en casa que cada día se toma el café en una ciudad del mundo. Pues tampoco está mal…
COMIDA (Y BEBIDA)
Si el lugar que visitamos tiene una gastronomía famosa
por algo, en nuestro caso traernos algo de vuelta es obligado. Queso de tetilla
gallego, vinos toscanos, sirope de arce americano, sal de lavanda francesa…. La
lista es casi interminable. Bien está mirar que no nos den gato por liebre. Hay
muchos productos que luego podemos encontrar de vuelta a casa (algunos a
precios bastante similares), con lo que tampoco es necesario cargarlos hasta
aquí. Nosotros nos hemos llegado a encontrar productos españoles del día a día
a precios desorbitados en otros sitios, así que tened claro cuál queréis que
sea vuestro presupuesto. Hay muchos envases que luego se pueden conservar para
otras cosas (cajas de galletas o chocolates, algunos tipos de recipientes…) y
además de ser útiles seguirán recordando nuestros viajes.
MENAJE
Hay un poco de todo. Tenemos desde vajillas hasta
manteles. A veces comer es bastante exótico por la mezcla de lugares de los que
provienen. Imaginad por ejemplo una vajilla japonesa con unos manteles
ecuatorianos. Pues pasa. Otras veces quedan para ocasiones especiales. Eso sí,
los compramos cuando hablamos de amor a primera vista.
VELAS
De vida efímera (si las usamos y no son simplemente
decorativas, claro), la vela es otro clásico. Nosotros tenemos varias en casa y
ya sea por sus aromas o por sus formas nos recuerdan siempre a nuestros viajes.
Adentrarse en las ciudades que visitamos, visitar sus mercadillos y hacerse
allí con los recuerdos da todavía más sensación de autenticidad (aunque no
tiene porqué ser más económico).
TECNOLOGÍA
Lo adivinaste, cruzar el charco o irte a Asia a conseguir
la cámara de fotos para empezar el viaje, o traerte la Play Station para
ahorrarte un dinerillo (que es, pero tampoco da para tanto). Ese teléfono
último modelo más rebajado puede incluso impulsar un viaje. Bueno, con tal de
viajar, cualquier excusa es buena…. De hecho nosotros cada vez que vamos a
Nueva York traemos algo. La tienda B&H en la novena avenida es un imán y
tiene fama mundial.
REGALOS NAVIDEÑOS
Es nuestra última debilidad. Hay sitios donde abundan las
tiendas específicas de navidad. Estar en julio viendo adornos para el árbol
tiene su extrañeza, pero cuando llega la Navidad y no puedes vivirla en algún
sitio de película, tu rincón navideño te recuerda lo que has hecho. Hace
poquito hemos empezado colección de bolas para el árbol. Veremos cómo va
creciendo. Pero además las figuras de navidad son tan mooooonas en todas
partes…
EL GRAN TAMAÑO
Puede que una de las cosas más grandes que nos hayamos
traído de nuestros viajes fue un cuadro de Nueva York que preside nuestro
salón. Tampoco es tan enorme, pero su tamaño es considerable y con él empiezan
a entrar las dudas a la hora de transportarlo. Que si cómo meterlo en el avión,
que si el envoltorio, que si no se vaya a rayar/romper/dañar…, eso por no hablar
de que los precios, cuando se quiere algo que se sale del circuito más
turístico, son un poco o bastante más elevados. Al final es cuestión de gustos
y prioridades.
LO MÁS TÍPICO DEL LUGAR
Ir a Venecia y comprar una máscara, pero una buena.
¿Sabéis de qué hablamos, verdad? O estar en la Toscana y comprar un cuadro o un
plato con sus icónicos campos reflejados. Eso es buscar lo más típico de cada
casa. Dependiendo de lo que sea, será más barato o más caro, pero de vez en
cuando merece la pena. Nos encanta nuestra máscara veneciana, pero también hay
una modesta cabina londinense, un envase de café de Harrods o una típica jarra
bávara. Depende de lo que nos entre por los ojos.
Nuestras compras pueden decir mucho de nuestros viajes y
pueden hacer que su encanto se prolongue. Además cuanto más compres menos
tendrás que gastar luego en decoración. Si la pasión es viajar, ¿porqué no
vivir rodeados de viajes miremos a dónde miremos? Comparte con nosotros cómo
son tus viajes y cuéntanos qué te traes tú. Seguro que así te acordarás de
nosotros en tu próximo viaje y nosotros de ti en el nuestro.
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