Si viajas a Estados Unidos y recorres lugares como
Georgia, Carolina o Pennsylvania, debes saber que tienes una oportunidad de oro
para conocer más en profundidad la historia de este país. Representada hasta la
saciedad en series y películas, suele chocar al visitante cuando se topa de
bruces con ella. En Carolina del Sur, junto a la histórica ciudad de Charleston
se encuentra la plantación Magnolia, hoy abierta al público como museo. Se puede
visitar la casa por dentro y su inmenso terreno colindante y los tours guiados
nos ayudan a comprender cómo funcionó uno de los epicentros de la recogida de
algodón, del arroz y de otros muchos productos. La esclavitud y el modo de vida
de los terratenientes del siglo XVII que guste más o menos ayudaron a construir
la mayor potencia mundial de la actualidad.
La plantación Magnolia se encuentra a 25 minutos en coche
del distrito histórico de Charleston, que está al sur de la ciudad, junto al
mar. Vaya por delante que en toda Carolina del Sur son muy habituales las
plantaciones, pero quizá esta sea especial. Es una de las más representativas,
se puede visitar en su totalidad y está considerada el jardín público más
antiguo de todo Estados Unidos. Para llegar desde España directamente, el
aeropuerto más cercano es Charlotte, pero aún así habrá que cubrir un buen
trecho en coche, así que deberíamos considerar el pequeño aeropuerto de
Charleston como destino final, ya que además de la ciudad y la plantación,
Carolina del Sur tiene mucho que ofrecer. En ese caso lo normal es que tengamos
que hacer escala en Miami (como fue nuestro caso) o en Nueva York (aunque hay
bastantes más combinaciones con otras ciudades estadounidenses) y tomar un
pequeño avión bimotor que en hora y media nos tendrá aquí.
Desde la estación de Charleston, junto a la oficina de
turismo, se pueden contratar tours de una mañana con el autobús partiendo desde
allí mismo. El guía nos irá explicando todo por el camino (todo suele ser en
inglés, eso sí). La historia de la plantación data de 1676 y pocos pueden decir
esto en Estados Unidos. Originariamente era de arroz aprovechando su cercanía
con el río Ashley y hay muchas otras cercanas dónde creció el algodón. La casa
original se quemó durante la guerra civil por las tropas de la Unión. La actual
fue completamente reconstruida y parte de ella se transportó por el río.
En el interior está prohibido tomar fotos, pero un guía
local nos explicará la historia de esta construcción que durante 15
generaciones ha pertenecido a la familia Drayton. Actualmente forma parte del
registro de lugares históricos. El edificio no es especialmente grande y su
interior nos permite hacernos una idea de cómo era la vida allí hace cuatro
siglos.
Los jardines se pueden visitar y quizá sean el principal
foco de atención de la propiedad. Desde el siglo XIX es algo que se ha tenido
muy en cuenta. Se dice que aquí se plantaron las primeras azaleas de América y
actualmente cuenta con una enorme variedad de flores y plantas que hacen
delicioso el paseo. En su web incluso puedes dirigir preguntas sobre
horticultura al director de los jardines.
Dependiendo de la época del año en que se visite podremos
ver unas u otras. En nuestro caso fue en diciembre y por cierto, nos pasamos la
visita en manga corta porque el tiempo era genial (el verano puede ser de calor
asfixiante, aviso). Se recomienda dar un paseo por la zona adyacente a la casa
y disfrutar de la calma, ya que no suele estar abigarrada de visitantes.
Si nos cansa un poco esto de andar, y teniendo en cuenta
que la propiedad es vastísima, hay un tour en trenecito turístico que nos
resultará delicioso. El guía propone varias paradas y va explicando todo lo que
vemos. El tren sale cada media hora, más o menos, y el recorrido dura unos 45
minutos. Es todo lo pausado y sosegado que necesitamos.
Además de disfrutar de los jardines también nos permitirá
observar la fauna salvaje que habita la plantación. Y es que hay bosques y
lagos en los que no es para nada extraño divisar una enorme cantidad, sobre
todo de pájaros que pondrán banda sonora a nuestra ruta, pero también de
cocodrilos que descansan al sol a la espera de su siguiente presa.
La propiedad cuenta también con su propio zoo y un museo
de la naturaleza. Es mimada a diario por sus empleados. Poco queda de la vida
con cuyos propósitos se construyó, pero ahora es una afamada y cuidada
atracción turística que merece mucho la pena. Si llegas hasta el río, también se
ofrece un tour en barco que suele durar en torno a una hora y que cuesta, lo
mismo que el tren, ocho dólares.
Aquí el guía te informará de cómo era el proceso de
cultivo del arroz, ya que existen multitud de presas y diques para irrigar la
tierra, y también tendrás a la vista patos, caimanes y multitud de especies que
usan el río como su refugio. A pie se puede bordear parte de ese recorrido. No
menos importante es citar otra de las atracciones, la denominada “From slavery
to freedom” (de la esclavitud a la libertad). Una experiencia de 45 minutos
también a ocho dólares por la que podremos visitar las chozas destinadas a los
esclavos y ver cómo vivían.
Los esclavos procedían de África y aquí desarrollaron su
lengua y cultura criolla propia. En Magnolia hay cinco casas que se conservan
de aquella época y se pueden visitar por dentro desde hace sólo unos años como
parte del proyecto. Es el lugar perfecto para comprender el Gullah, ese
conjunto de costumbres criollas. Los edificios que se visitan estuvieron
ocupados desde 1850 hasta finales de la década de 1990 y en la visita se habla
sin tapujos de la lucha por la libertad del pueblo afroamericano.
Visitar Magnolia merece muchísimo la pena tanto si se
busca una atracción turística al aire libre en la que simplemente disfrutar de
jardines y casas coloniales, como si se desea profundizar en la historia que
forjó un país.
Si te quedas con ganas de saber más, alarga tu estancia
en la zona. Las construcciones de la histórica Charleston son únicas y junto a
Magnolia se encuentra el espectacular Drayton Hall, la plantación más antigua
de todo Estados Unidos que se conserva abierta al público y otro templo para
conocer la historia de la esclavitud. Como habrás adivinado por el nombre, su
construcción se debe a la misma familia que levantó Magnolia. En el estado de
Carolina del Sur hay más de 2.000 plantaciones, así que no te puedes ir sin
visitar alguna.
Más abajo te dejamos algunas páginas que te pueden
interesar si te decides a planificar tu
viaje. Y por supuesto no dudes en preguntar lo que quieras. No somos expertos,
pero estuvimos allí y te ayudaremos con lo que podamos.
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