Son muchos los turistas que eligen alquilar un coche para
disfrutar de sus vacaciones y visitar más lugares. A nosotros es algo que nos
encanta, pero ¿qué pasa cuando el país que visitamos cuenta con una larga
tradición de conducción por la izquierda, o sea, al contrario que nosotros?
Pues no os preocupéis. Básicamente no pasa nada. No hace falta tener ningún
máster, ningún permiso de conducir especial o un coeficiente por encima de la
media para poder seguir conduciendo. Basta con un poco de atención, una buena
predisposición y no ponerse nervioso/a. Nosotros, que vivimos en la Costa del
Sol, vemos como todos los años nos invaden miles de turistas británicos que
conducen sin mayor problema contra natura,
al menos que nosotros veamos. Si
ellos pueden, ¿porqué nosotros no? Aquí os contamos cómo fue nuestra primera
experiencia conduciendo por la izquierda y creednos, esto es algo muy
recurrente en el mundo de los viajes.
Lo primero que teneis que saber es que la falta de
experiencia conduciendo por la izquierda no puede ser impedimento para
privarnos de los lugares que queremos visitar. Con eso ya tenemos bastante
ganado. Lo normal si nos vemos en esta tesitura es que estemos en Inglaterra,
pero también se conduce por la izquierda en muchas partes de África y el
Caribe, en Australia, en Japón o en la India, por poner un ejemplo. Al menos
daremos buenas referencias de los británicos. Nuestra humilde y breve
experiencia entre sus conductores fue satisfactoria. Como en todos los sitios
hay de todo al volante, pero nosotros nos topamos con gente educada y paciente.
Lo primero que queremos deciros es que si os habéis
armado de valor para poneros a conducir, por favor, no lo perdáis nada más
entrar en el coche. Todo parece un poco distinto, ¿verdad? Tenéis que usar la
otra puerta, el volante está a la derecha y el cuadro de mandos, junto con el
cambio a la izquierda. Pues pensad que en el fondo, salvo pequeñas cosas, las
cosas no son distintas, sino bastante parecidas. Los pedales son iguales, no
los cambiéis. Se acelera a la derecha, se frena en el centro y se embraga y
desembraga a la izquierda, así que lo único que varía es el cambio y ni eso es
tan distinto. En vez de meter las marchas con la mano derecha, tendréis que
hacerlo con la zurda, pero también las marchas entran de la misma manera. Lo
que en España es primera, allí también lo será. Igual con el resto de marchas.
Conducir aquí no es una cuestión de manos, sino de cabeza.
Pues situais los espejos, el volante y todo lo demás, como
haríais en cualquier otro sitio, y listo para conducir. Vale, los primeros
metros descolocan un poco. No es sólo que todo esté “cambiado de sitio”, sino
que además os teneis que olvidar de la derecha e ir por la izquierda. Tened en
cuenta que esto va a ser lo único complicado del viaje. Habrá que cambiar con
la mano izquierda y mantener alerta la cabeza para circular siempre por el
mismo sitio. Con eso está todo hecho.
Las carreteras más estrechas y de un solo carril son las
más complicadas. La falta de costumbre puede que dificulte un poco "clavar" el
coche en el carril y que os haga darle un par de vueltas a la cabeza cuando
llegueis a un cruce pensando por dónde van a venir. También por falta de
costumbre parecerá que el arcén lo tienes al lado y que los coches que se
cruzan pasan rozando, vamos, que el carril es más fino que el hilo de
un funambulista. Paciencia y calma. Hecho el ejercicio varias veces estará
asumido.
Conducir en autovías o autopistas es seguramente lo más fácil,
porque te olvidas de todo. Estar en las inmediaciones de Londres puede ser
estresante, pero os dareis cuenta de que en todo caso lo es por la cantidad de
tráfico y no por el sentido de la circulación. Todo el mundo hará
lo mismo y no tendreis ningún problema. Sólo recordad que hay que adelantar
por la derecha y como norma general mantenernos en los carriles de la izquierda.
Chupado.
Hay mucha gente que dice pasarlo mal en las glorietas o
rotondas. Pues es de lo más fácil, sobre todo porque la mayoría te encauza
hacia la dirección que debes tomar. Cuando vayais a entrar mirad a la derecha y
entrad por la izquierda, así de fácil. Debeis saber que también hay muchas
rotondas en las que el carril que está más a la izquierda es en realidad el inicio
de la siguiente salida, así que no podeis estar ahí si quereis seguir girando. Será mucho más fácil estando en el centro de la rotonda hasta que se
aproxime la salida y cuando llegue ese momento bastará con ponernos a la
izquierda porque el propio carril nos desviará.
De aparcar mejor ni hablamos. Claro que resultará un poco
extraño al principio, pero no tendreis ningún problema. Sobre esto se pueden
escribir párrafos y párrafos, pero lo único efectivo es probarlo. Pese al
respeto que infunde no es tan fiero como parece.
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