Lugares en los que quizá te gustaría estar (XIV): Las cataratas del Niágara



Es difícil vivir esta vida sin tener ninguna referencia de las míticas cataratas del Niágara. Frontera natural entre Estados Unidos y Canadá, aparecen en multitud de películas, relatos, novelas y por supuesto están vivas en el imaginario de todas y todos. No sabemos qué tendrá eso de ver el agua caer, pero se nos ocurren pocas cosas más románticas que visitar unas cataratas con nuestra pareja. Y estas son las cataratas por antonomasia. Pues tenemos buenas y malas noticias. Las buenas son que el espectáculo natural que aportan no te va a defraudar. Son únicas, espectaculares, indescriptibles. Las malas, si es que son malas, es que su potencial turístico es tan grande que todo lo que se ha montado alrededor es muy estándar y no notarás la diferencia con otros lugares. De hecho muchas de las cosas no tienen nada que ver con las cataratas, pero claro, todo tiene su público, no decimos que esté mal. Si sigues leyendo, te contamos cómo fue nuestra experiencia visitando las cataratas del Niágara.

CÓMO LLEGAR A LAS CATARATAS DEL NIÁGARA

Lo primero que tenemos que decir es que al servir de frontera entre dos países, las cataratas se pueden visitar desde Estados Unidos y desde Canadá. Si viajas desde España y quieres ir a Estados Unidos, tu aeropuerto y tu ciudad es Búfalo, al norte del estado de Nueva York. Una vez ahí puedes incluso cruzar al lado canadiense, porque es lo más cercano. Pero si vas sólo a Canadá lo normal es volar a Toronto y armarse de paciencia para recorrer los 130 kilómetros que hay hasta allí. La carretera está bastante bien, pero da por casi seguro el atasco. Canadá es un país enorme en el que vive poca gente, pero la mayoría está en estas zonas cercanas a la frontera y eso se nota en el tráfico. Ya sea alquilando un coche o en autobús, en una de las numerosas excursiones que puedes contratar, va a ser difícil que tardes menos de hora y media o dos horas. Las salidas de Toronto o el paso por Hamilton para seguir bordeando el lago Ontario están masificadas. Tranquilidad, merece la pena.

 
DESDE DÓNDE VER LAS CATARATAS DEL NIÁGARA

La otra gran pregunta, si os da igual, es ¿qué lado de la frontera es mejor para ver las cataratas? Aquí no hay mucha duda. El lado canadiense es la gran baza. Desde ambos países podréis subiros en un barco y llegar a los pies de las cataratas y los dos tienen un montón de actividades para interactuar con este espectáculo natural, pero las vistas desde el Niagara Parkway del lado canadiense son inigualables. Tenedlo en cuenta. Si vais en coche y queréis cruzar de un lado a otro a lo largo del río Niágara hay cuatro puentes que unen ambos países. Hay peajes y si vais a hacerlo (nosotros no lo hicimos) es bueno que os informéis de la documentación que os pueden solicitar. El puente más cercano a las cataratas es el puente Rainbow, justo al lado y en la página web tenéis toda la información sobre cómo cruzar.

 
UN POCO DE HISTORIA SOBRE LAS CATARATAS DEL NIÁGARA

Con una caída de unos 65 metros, las cataratas del Niágara no destacan por eso, sino por su amplitud. Son las más grandes de América y esconden un potencial energético enorme que a su vez está acompañado de una rica historia. Su origen se remonta a unos 10.000 años, en la época de la glaciación. Hay tres cataratas, la más pequeña es la casi desconocida “Bridal Veil”, del lado estadounidense, visible desde la Isla de la Cabra (Goat Island) en particular desde la Cueva de los vientos. Sin embargo las otras dos son las más populares. Por un lado tenemos “American Falls” o catarata americana, situada en ese lado de la frontera, pero visible sólo desde el lado canadiense.


Y por otro lado la imponente “Horseshoe Falls” o catarata de la Herradura, que recibe el nombre por su peculiar forma. Con cerca de 700 metros de ancho concentra un eterno velo blanco frente a ella y un mar de espuma creado por la fuerza del agua al caer. Seguramente es el lugar más buscado por los turistas.


Hay que decir también que las cataratas están vivas. Se estimaba su erosión en unos diez centímetros anuales, una cantidad motivo de preocupación por el entorno creado y que se ha logrado reducir de manera notable en los últimos años.

EL BARCO PARA VER LAS CATARATAS DEL NIÁGARA

Si habéis llegado hasta esta ciudad, difícil es que os resistáis a montar en un barco para acercaros tanto como podáis hasta las cataratas. Desde un lado o desde otro la experiencia es bastante similar. Si estáis en el lado canadiense subiréis a bordo del “Hornblower” y si estáis en Estados Unidos a bordo del “Maid of the mist”. Nosotros sólo tenemos experiencia con el canadiense, pero por lo que vimos salen uno enfrente del otro y la duración es más o menos la misma. En cuanto a los precios, suponemos que serán parecidos, pero depende de la experiencia que escojáis. Nosotros teníamos muchas ganas, así que escogimos un paquete que incluía la visita de día y también de noche viviendo desde el barco y junto a las cataratas los fuegos artificiales.

 
En el barco os facilitan un llamativo chubasquero que presagia que efectivamente os vais a mojar. No puede ser de otra forma. El paseo dura una media hora y el barco se acerca a la catarata Americana y a la de Herradura. El ruido del agua cayendo se intensifica y seguramente os veáis absorbidos por ese velo blanco. La fotografía perfecta es posible, pero también arriesgada. La verdad es que se convierte en una de esas experiencias para disfrutar, más que para fotografiar.


Volvimos por la noche para los fuegos artificiales, que eran a las 22:00. El embarque se hace antes para estar junto a las cataratas cuando los fuegos comienzan. Para nuestra sorpresa, ya en el barco con todo preparado nos anunciaron que los fuegos se habían suspendido sin aclarar el motivo. Puede pasar. Es un fastidio, pero las cataratas están iluminadas y la verdad es que, pese a todo, merece la pena.

OTROS LUGARES PARA VER LAS CATARATAS DEL NIÁGARA

Los barcos aportan la experiencia más cercana y probablemente espectacular de las cataratas. Se han convertido en algo indispensable, pero lo cierto es que para conseguir las mejores vistas no lo son. Os recomendamos un paseo reposado del lado canadiense por el Niagara Parkway junto al parque de la Reina Victoria. Un área siempre abarrotada de público ávido por capturar un momento irrepetible.

 
Su posición elevada hace que simplemente andando podáis descubrir todos los ángulos de este milagro de la naturaleza. Esta es la postal más habitual.


LA CIUDAD DE NIAGARA FALLS

Tanto en un lado como en otro de la frontera las cataratas llevan de serie una ciudad que podría competir con Las Vegas. Niagara Falls es una especie de parque temático en el que las cataratas son la estrella, pero los numerosos casinos, norias y sucesión de edificios imposibles crean una fantasía de diversión continua con entrada gratuita. La energía de la ciudad es tan grande que a nosotros nos resultó agotador, pero para gustos los colores.

 
Las calles de Clifton Hill y Victoria Avenue son el epicentro de la otra fiesta. A ambos lados museos de cera, túnel de los horrores, casinos, museo de libro Guinness, clubes nocturnos y un buen puñado de negocios para que la fiesta no decaiga.


Si vais con coche, aparcar en el centro es imposible y hacerlo junto a las cataratas prohibitivo (pese a que los parkings suelen estar llenos). Os recomendamos buscar alguno de los parkings municipales, más alejados, pero también asequibles. Nosotros dejamos el coche en el Parking Lot número 4, a apenas 20 minutos andando de las cataratas (eso sí, con sus cuestas). Se trata de explanadas al aire libre escasamente concurridas. Cuentan con máquinas en las que puedes pagar con monedas o tarjeta y ofrecen precios cerrados para, por ejemplo, 8 o 24 horas. En temporada baja son incluso más baratos. Creednos, es la opción más respetable. Os dejamos la página web de la ciudad con el listado de aparcamientos y sus precios.

 
OTRAS ACTIVIDADES EN LAS CATARATAS DEL NIÁGARA

Visitar las cataratas es una excursión muy popular de un solo día. Llegar, ver y volver. Pero si eso no es suficiente, hay un amplísimo listado de experiencias paralelas que puedes vivir. No podemos hablar en primera persona, pero en la web de Niagara Parks las tienes todas, para poder preparar la visita. Destacan el “Journey behind de falls” en la que viajas por una serie de túneles que te dejan en el corazón de las cataratas o el Niagara’s Fury, una experiencia 4D en cine. A partir de ahí, tirolinas, paseos en bicicleta…. De todo.
 
Seguramente el edificio más popular de la zona es la Skylon Tower, en la que no te podrás alojar, pero sí disfrutar de unas vistas increíbles. Cuenta con un mirador y un restaurante perfecto para darte un capricho.

 
ALOJAMIENTO EN NIAGARA FALLS

Pues lo que quieras. Siempre hablando del lado canadiense, tienes lujosos hoteles con vistas a las cataratas como el Marriott o el Hilton, casinos con habitaciones, románticos bed and breakfast o moteles de carretera para los bolsillos más económicos. Buscar algo que se ajuste a tus necesidades no será un problema.


EL IDÍLICO AMBIENTE DE NIAGARA ON THE LAKE

Si vuestro ambiente es otro, y a nosotros nos pasó, bordeando el río Niágara en busca del lago Ontario, en el extremo norte a apenas 20 kilómetros, encontrareis la preciosa ciudad de Niagara-on-the-Lake. El Niagara Parkway que recorre la distancia os permite divisar idílicas casas y bodegas, muchas de ellas abiertas al público. Es un ambiente completamente diferente, como el que también ofrece la ciudad.


Niagara-on-the-Lake también vive del turismo, aprovechando su cercanía a las cataratas, pero la oferta aquí es muy distinta. Vino, buena gastronomía, compras en tiendas preciosas y alojamientos mucho más personalizados. Nosotros tuvimos la suerte de llegar a primera hora, con la ciudad despertando, porque desde temprano hay decenas de autobuses que también paran aquí.



Un paseo bastante completo no os llevará más de una hora. Es tranquilo y distinto. En el distrito histórico las calles que rodean Queen y King concentran la actividad comercial. La ciudad cuenta también con un popular festival de teatro, un par de sitios históricos, ya que ha sido sede de cruentas contiendas, grandes miradores al río y al lago, y bodegas, muchas bodegas.

 
Hay flores por todas partes, una estatua a George Bernard Shaw y edificios muy cuidados. Y es que Niagara-on-the-Lake cuenta con una riquísima historia que sus ciudadanos te pueden descubrir. Tiene unos 13.000 habitantes, muy dispersos y lejos del tumulto de las cataratas este es un gran remanso de paz.


Recorrerlo es bastante fácil. No te pierdas la enorme concentración de bed and breakfast y mansiones de lujo en las afueras, en particular junto a la playa de Mississauga, que cuenta con campo de golf y unas espectaculares vistas. Un lugar perfecto para complementar nuestra escapada a las cataratas.


Pues esperamos que te haya gustado nuestro recorrido y que te empuje a cumplir el sueño de visitar las cataratas del Niágara. El espectáculo es tan grandioso que es imposible que te arrepientas. Y por supuesto si necesitas cualquier aclaración o consejo, aquí estamos para ayudar en lo que podamos. No dudes en escribir o ponerte en contacto con nosotros.



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