Situadas en nuestras antípodas, las ciudades de Sydney y
Melbourne son las puertas de entrada más habituales para descubrir Australia,
un país fascinante en el que disfrutar de ciudades vertiginosas, un interior
inhóspito, islas, la gran barrera de coral y muchísimos encantos que, pese a la
distancia, no nos son ajenos. Y es que sentimos esa curiosidad por la lejanía
que os aseguramos que se ve recompensada una vez que estamos allí. Ni el precio
de los billetes, que puede ser elevado, ni la forma de llegar, que puede ser
estrambótica, debería echaros atrás. Tanto Sydney como Melbourne están
consideradas dos de las ciudades del mundo con mejor calidad de vida y la
amabilidad de los aussies también
ayuda. Ahora bien, puestos a planificar un viaje tan lejano, ¿qué habría que
tener en cuenta? En este post basado en nuestra experiencia os contamos todas
las cosas que creemos que debéis tener presentes a la hora de emprender viaje.
Estos son nuestros consejos para viajar a Sydney y Melbourne.
Qué documentación
necesito para viajar a Australia
Al igual que en países como Estados Unidos o Canadá, para
entrar en Australia se requiere de una autorización previa que se solicita a
través de internet, la llamada ETA. Normalmente te pedirán contar con la
autorización antes de subirte al avión que te lleve allí. Hay varias clases de
visados que se pueden solicitar dependiendo de lo larga que vaya a ser tu
estadía o de si vas a trabajar, por ejemplo. Para turistas españoles basta con
solicitar la eVisitor 651 que tienes en este enlace. Puede resultar un poco
confuso, porque hay que registrarse en la página creando una cuenta, pero en
realidad no es muy complicado. Así que regístrate, cumplimenta los datos de las
personas que vayan a viajar (lo puedes hacer todo desde una sola cuenta). El
trámite es completamente gratuito y una vez enviado, la confirmación de la
preautorización (la entrada definitiva siempre os la concederán una vez que
estéis allí) suele llegar casi en el momento, aunque en la página dice que
puede tardar uno o dos días. La eVisitor te permite entrar y salir de Australia
varias veces si así lo deseas en estancias cortas durante 12 meses.
Cuál es la moneda
australiana
En Australia se compra y se vende con dólares
australianos (AUD). Actualmente un euro son en torno a 1’60 dólares
australianos, o lo que es lo mismo, si llevas dinero en efectivo quizá tengas
la sensación de estar forrado. Al igual que sucede en otros países, cuidado,
los dólares se van rápido y Australia no se caracteriza por ser un país
especialmente barato, más bien todo lo contrario, aunque como comprobarás en
las grandes ciudades puedes encontrar todo tipo de precios. ¿Debes llevarte
dólares o confiar en la tarjeta? Pues esto es decisión de cada uno. En el caso
de la tarjeta dependerá de las comisiones que te cobre el banco por su uso, no
creas que lo van a hacer gratis. Nosotros siempre recomendamos llevar al menos
algo de “cash”, porque en determinados momentos te puede hacer falta. Y puestos
a cambiar, suele ser mejor hacerlo con nuestro banco de confianza aún en casa.
Quizá con ellos podamos esquivar comisiones y demás. Ya en Australia la
recomendación es la habitual, si os lo podéis permitir, no cambiéis en el
aeropuerto, ya que los tipos de cambio no suelen ser favorables.
Cómo puedo llegar
a Australia
Esta es la fase en la que muchos se echan atrás. Y es
comprensible. La distancia es enorme y los precios caros. Lo mejor que podemos
decir es que actualmente desde España es posible llegar a cualquiera de las dos
ciudades con una sola escala y en un tiempo aproximado de 24 horas. Eso, en el
mejor de los casos. Madrid y Barcelona ofrecen las mejores combinaciones. La
escala intermedia, dependiendo de la compañía, puede ser en Nueva Delhi, Abu
Dhabi, Dubai, Doha o Singapur, entre otras. Se trata de no desesperar y estar
mentalmente preparados. En nuestro caso, viviendo en Málaga, aprovechamos una
joyita, la conexión estival de Qatar Airways con Doha, que nos permite cruzar
el mundo con una sola escala y en unos tiempos muy ajustados. Nuestra parada
intermedia fue en el novísimo aeropuerto internacional Hamad, en Doha, donde el
lujo está presente en toda la terminal. Eso sí, al hacer escala tuvimos
controles al salir de un vuelo y antes de entrar en el otro, lo que hizo que
tuviésemos que tirar a la basura el agua que habíamos comprado en ambos casos.
Podían avisar.
Y ¿qué puede costar un billete? Pues no es ciencia
exacta, pero con suerte veréis algo por unos 700 euros, aunque es muy posible
que la combinación no sea muy recomendable. Eso ya queda a gusto de cada uno.
En nuestra opinión cualquier cosa que baje de 1.000 euros es interesante.
Nosotros viajamos por 900 con una de las mejores compañías del mundo y con la
menor cantidad de escalas posible, así que lo damos por bien invertido. Como la
distancia es tan grande la primera clase os tentará. El precio puede ser
ridículamente caro, pero en determinados momentos el capricho puede estar a
vuestro alcance.
En cuanto a Australia nuestra llegada fue al aeropuerto internacional Kingford Smith de Sydney, un recinto también muy moderno en el que
todo funciona bastante rápido, aunque casi todas las aerolíneas tienen vuelos
tanto a Sydney como a Melbourne y en muchos casos a otras ciudades
australianas.
Tened en cuenta que el control de aduanas en la entrada
os puede demorar algo. Hay fama de que los agentes son muy exhaustivos para
preservar la riqueza natural del país. Se recomienda llevar los medicamentos
claramente identificados y con recetas que justifiquen su entrada. No llevéis
comida. Tened muy en cuenta su normativa porque hay multas. En nuestro caso
antes de aterrizar emitieron un vídeo en el avión en el que lo especificaban
claramente. Dicho esto, a nosotros no nos pidieron nada de nada. Eso es tener
cara de buena gente.
Qué puedo ver en
Sydney y Melbourne
Ambas ciudades están en la costa este de un país enorme.
Pese a ser la costa más alejada desde España, es también la más visitada.
Concentra casi todas las grandes ciudades, como estas dos y buena parte de los
atractivos naturales del país. Además de las ciudades de Sydney y Melbourne, si
sois amantes del asfalto “relativamente cerca” podréis visitar Camberra, la capital
a medio camino entre ambas y también Adelaida o Brisbane. Más al norte está la
gran barrera de coral. A unas tres horas en coche de Melbourne están los
populares Doce Apóstoles y justo enfrente la isla de Tasmania. A poca distancia
de Sydney tenéis las Blue Mountains, otra excursión muy popular y si os da por
escaparos a Nueva Zelanda ambas ciudades ofrecen muy buenas y rápidas
conexiones, así que, siempre respetando las enormes distancias que hay en
Australia, sea lo que sea que queráis ver es probable que aquí lo tengáis un
poco más cerca. Preparad dólares y tiempo si realmente queréis apreciarlo. A
nosotros un par de semanas apenas nos dieron para conocer bien las dos grandes
ciudades del país.
Cómo moverse entre
Sidney y Melbourne
Sidney y Melbourne distan unos 900 kilómetros. Hay tres
maneras de recorrer esa distancia. La primera es por carretera. Tened en cuenta
que la ruta más corta es atravesando el interior y pasando junto a Camberra,
aunque realmente no tiene mucho que ver. Seguir la A1 por la costa es, al
parecer más espectacular, pero también algo más largo. En cualquier caso el
viaje os llevará un día. Otra manera es viajar en tren. Era lo que nos
apetecía, pero resultó no ser muy fácil de hacer. A diario sólo dos trenes unen
las estaciones de Central en Sydney y Southern Cross en Melbourne. Uno viaja de
día y el otro de noche. Aquí la alta velocidad no es una virtud, porque en el
recorrido se tardan unas 12 horas. Aun así intentamos reservar en el que viaja
por la noche ya que cuenta con una opción con literas. Pese a que resulta muy
caro viaja del centro de una ciudad al centro de la otra y nos permitiría
ahorrar una o dos noches de alojamiento. Pues resulta que la clase que incluye
las literas no se puede reservar por internet, sino en agencias de viajes
(ninguna en España) y nadie pudo ayudarnos con eso.
En esta web podéis reservar los trayectos en tren o autobús. Después del largo viaje desde España queríamos evitar el
avión, pero no quedó más remedio que recurrir a él, y fue todo un acierto. Hay
vuelos entre ambas ciudades prácticamente cada 15 minutos. Puedes elegir entre
cuatro compañías; las low cost Tigerair, Virgin Australia y Jetstar (low cost
de Qantas) y la propia Qantas. Hay vuelos por precios muy reducidos pero debes
tener en cuenta el coste extra del equipaje en el caso de las low cost.
Precisamente por eso y por un poco más nosotros elegimos Qantas y no nos
arrepentimos.
Los aeropuertos de Sidney y Melbourne cuentan con una
terminal específica para vuelos domésticos de Qantas. Todo está automatizado.
En una máquina podéis hacer el check-in si todavía no lo habéis hecho, recoger
vuestra tarjeta de embarque y las pegatinas identificativas de las maletas. Una
vez que se las pongáis podéis dejar vuestro equipaje en cualquiera de las
cintas transportadoras, escanear vuestras tarjetas de embarque y pasar los
controles de seguridad. Para cualquier duda hay personal de la aerolínea que os
ayudará.
Este proceso acorta muchísimo los tiempos de espera. Las
salas no están masificadas y bastará con que estéis en el aeropuerto entre 45 y
60 minutos antes del vuelo (tampoco apuréis). En cuanto al vuelo en sí es de
apenas una hora, los aviones son cómodos y en nuestro caso, viajando a
mediodía, incluso tuvimos servicio de comida incluida en el precio. Al ser todo
tan rápido el día del vuelo se puede aprovechar para seguir haciendo turismo. Y una puntualización importante. Si viajáis a Melbourne en vuelo interno, aseguraos cuál es el aeropuerto al que llegáis. En la mayoría de los casos los vuelos se dirigen al Aeropuerto Internacional Tullamarine, pero algunos vuelos viajan también al pequeño aeródromo de Avalon, que está más alejando de la ciudad.
En cuanto a cómo llegar a las ciudades, en el caso de
Sidney hay un tren que sale desde el aeropuerto, pero debes tener la tarjeta
Opal para usarlo (más adelante explicamos cómo funciona) y en Melbourne la
manera más económica es usar el Skybus, un autobús que cuesta cerca de 20 AUD y
que te deja o te recoge en la estación de Southern Cross, aunque hay algunas
paradas más concertadas en el centro. El taxi es obviamente más caro, pero ofrece
la ventaja del servicio puerta a puerta, que no es desdeñable cuando llegáis
cargados de maletas y después de un viaje eterno. La escala de precios es
complicada. A nosotros en Sydney el desplazamiento más barato nos costó unos 40
AUD y el más caro en torno a los 65. En Melbourne es difícil bajar de los 50
(hablamos siempre de traslados entre el aeropuerto y el centro de la ciudad).
En ambos casos el taxi lleva en torno a la media hora.
A qué hora voy a
vivir
Al igual que en otros países enormes, Australia tiene
varios husos horarios distintos, cosa que deberás tener en cuenta si realizas
desplazamientos interiores. Además dependiendo de si vas a una zona u otra hay
cambios horarios en función de la temporada, o no. Un lío. Como norma general
podemos decirte que en Sydney y Melbourne serán ocho horas más que en España,
pero esto no es una ciencia matemática, y las diferencias horarias varían con
respecto al resto del país. Es casi mejor que dejes que el móvil te diga qué
hora es en cada momento.
Cómo moverse en
Sydney
Sydney y Melbourne son de las pocas grandes ciudades del
mundo que no cuentan con servicio de metro. Aún así el transporte público es
rápido, variado, puntual y cómodo. Nos gustaría añadir que también es barato,
pero no creemos que sea el caso. Eso sí, para unos días y como turistas, suele
ser lo mejor para desplazarse. Tened en cuenta que las distancias pueden llegar
a ser muy grandes. Sydney cuenta con una amplia red de autobuses, trenes y
también ferrys con los que desplazarse. Puedes comprar billetes sencillos, pero
salen bastante más caros y algunos de ellos tendrás que adquirirlos por
anticipado. Por ejemplo, para llegar desde el centro hasta la playa de Bondi
debes coger el autobús 333, que funciona sólo con billetes de prepago que
tendrás que comprar antes. Así pues lo ideal es comprar la tarjeta Opal, que
tiene varias modalidades y precios y te da derecho a subirte en cualquier
transporte público. A nosotros nos salió por 20 dólares con viajes ilimitados
para todo un fin de semana. Al final se rentabiliza.
Opal cuenta con una app para dispositivos móviles que
está bastante bien. Si te registras te cuenta cómo va tu saldo y te indica el
itinerario más rápido hacia donde quieres ir, entre otras cosas. Como ves en la
foto para que el saldo cuente correctamente debes pasar tu tarjeta por el
lector al entrar en cada uno de los transportes y, muy importante, también al
salir. Hay penalizaciones si no lo haces. La red de autobuses es amplísima, en
las oficinas ni siquiera cuentan con un mapa que lo abarque todo. El ferry no
es rápido, pero sí curioso. Cuenta con 8 líneas y desde el punto de vista
turístico es un chollo, porque permite desplazarse a pequeñas islas como
Cockatoo, al popular zoo Taronga o hacer una entrada triunfal en Circular Quay
disfrutando de vistas únicas sobre el puente y la ópera.
En cuanto al tren hay hasta 8 líneas, todas ellas rápidas
y sin problemas de plazas, porque suelen ser trenes de dos plantas con un
montón de vagones. Las estaciones están bien señalizadas, no te costará
moverte. En la práctica es como un metro. Esta es la web del transporte público de Sydney en la que puedes planificar tu recorrido.
Cómo moverse en
Melbourne
La esencia es la misma, el transporte es rápido,
eficiente, puntual y caro, pero existen diferencias entre Sydney y Melbourne.
En esta última puedes elegir entre autobuses, trenes y tranvías, la gran
novedad. Un sistema de transporte histórico que funciona muy bien.
También puedes adquirir billetes sencillos, pero la
recomendación, a poco que te muevas, es que te hagas con la Myki Card, que es
la tarjeta de transporte de la ciudad. La puedes encontrar en muchos sitios,
incluyendo las oficinas de turismo. La gran diferencia es que por la Myki
deberás pagar seis dólares (es lo que cuesta la tarjeta) y luego añadirle el
saldo que desees. Por supuesto una vez comprada, ya no tendrás que volver a
pagarla, sólo recargar el saldo necesario. Por ejemplo viajes ilimitados para
un día te costarán seis dólares de la tarjeta (la primera vez) más otros nueve
de los viajes.
La tarjeta deberás pasarla por el lector del transporte
al que te subas a la entrada. En el caso del tren también tendrás que pasarla a
la salida de la estación. Para ello hay instaladas máquinas en todos los
accesos de las estaciones. En el cajero grande puedes comprar los billetes o
recargar saldo, mientras que en las pantallas de lectura deberás pasar las
tarjetas a la entrada y a la salida.
Mientras el tranvía se utiliza para los desplazamientos
más cercanos (aunque algunos de ellos son bastante amplios), al tren tendrás
que recurrir para distancias mayores, por ejemplo, si quieres visitar las
Bathing Boxes, que están al sur. Los trenes llegan y parten de la icónica
estación de Flinders. Las estaciones intermedias suelen ser tranquilas cuentan
con bancos, mapas, horarios y dispositivos de información. Pulsando un solo
botón una voz te dirá cuándo llegan los siguientes trenes.
En cuanto al tranvía, las paradas están señalizadas
mediante postes en los que se incluye información como el recorrido y los
horarios. Cada parada tiene su nombre, lo que resulta útil a la hora de
planificar tu viaje.
Sin embargo la gran peculiaridad de Melbourne es que en
toda la zona centro el transporte en tranvía es completamente gratuito. Es la
denominada “Free Tram Zone”. Si tu desplazamiento es entre paradas incluidas en
esta zona, no necesitas tarjetas ni dinero, sólo subirte al tranvía. Sin
embargo el recorrido de muchos de ellos es más amplio, así que si te diriges a
un lugar más alejado, aunque transites por la Free Tram Zone sí subes o bajas
fuera, tendrás que pagar tu recorrido. Tanto en las paradas como por megafonía
se suele avisar tanto de la entrada como de la salida de esta zona, para que no
te pille por sorpresa.
Dentro de esta zona gratuita hay una línea, el histórico
tranvía 35 que recorre sus límites, coincidiendo con algunos de los lugares más
visitados de la ciudad. Ojo, a diario sólo funciona hasta las 18:00 horas y
suele estar abarrotado de turistas, ya que todo su recorrido es gratuito. Te
puedes subir y bajar cuando quieras. Por megafonía hay comentarios sobre los
sitios que se va recorriendo. Es muy útil, pero repetimos, suele estar lleno.
Suele ser mejor llegar a los puntos deseados con otras líneas que dentro de la
Free Tram Zone también son gratuitas.
Dónde me alojo en
Melbourne y Sydney
Como grandes ciudades que son las posibilidades son casi
infinitas. Recuerda que en este post ya te contamos cuáles fueron nuestros alojamientos, además de algunas recomendaciones para comer o cenar en ambas ciudades. Obviamente los alojamientos en la periferia son más baratos, pero
están supeditados al transporte. En el centro todo, incluyendo los hoteles, es
más caro, pero te permite ahorrar en desplazamientos e ir a pie. De esta manera
también ganas tiempo a la hora de visitar lugares. Por eso nuestra
recomendación es el centro. Es lo que allí llaman el CBD (Central Business
District). En el caso de Sydney todo lo que esté entre Circular Quay y la
estación de tren de Central Station está bien y cuanto más al norte, cerca de
la ópera, mejor. En Melbourne la cuenta es clara, ya que al ser el transporte
gratuito en todo el centro lo ideal es encontrar algo dentro de la Free Tram
Zone. Particularmente creemos que el mejor punto de referencia es la estación
de Flinders. Cuanto más cercano, mejor, pero hay un poco de todo.
Cómo funcionan las
oficinas de turismo
No está de más una primera parada para aclarar cualquier
duda en los lugares específicamente concebidos para ello. Las oficinas de
turismo cuentan con un gran material y ofrecen muchas posibilidades para
mejorar tu estancia. También te pueden ayudar con muchos trámites. Además del
transporte allí podrás comprar directamente entradas o contratar excursiones.
En el caso de Sydney la oficina central se encuentra en el barrio de The Rocks,
en la esquina entre Argyle St. y Playfair St. En Melbourne la oficina central,
de varias plantas, está en Federation Square, frente a la estación de Flinders.
Además de oficinas, no es extraño encontrar a voluntarios
ataviados de rojo y provistos de un Ipad en muchos lugares del centro, en plena
calle. También ellos pueden ayudarte con lo que busques o necesites. No dudes
en preguntarles porque son muy amables.
Cómo funcionan las
propinas y otras cosas a tener en cuenta
En Australia, al igual que en España y a diferencia de
países como Estados Unidos o Canadá, las propinas no son obligatorias, aunque
por supuesto son bien vistas. Lo que figure en tu cuenta es lo que deberás
pagar. Si el servicio y la comida te han parecido buenos, no está de más que
dejes propina. En torno a un 10 por ciento de la cuenta suele bastar. En los
restaurantes la atención al público se realiza de varias maneras. En muchos
casos si te sientas en una mesa vendrán a pedirte la comanda, pero también
puede suceder que tengas que consultar la carta e ir a pedir a la barra. Una
vez que hayas hecho tu pedido hay dos posibilidades. O te dan un dispositivo
que se iluminará o vibrará una vez que el pedido esté listo y entonces tendrás
que ir a recogerlo a la barra (sucede mucho en los centros comerciales), o bien
te asignarán un número que tendrás que llevar a tu mesa y cuando la comida esté
lista un camarero o camarera te la acercará.
En estos dos últimos casos la bebida te la prepararán en
el momento y ya te la puedes llevar a la mesa. Debes pagar cuando hagas el
pedido, con lo que cuando acabes te puedes marchar. Si un camarero o camarera
va a tu mesa a llevarte la comida siempre te preguntará si falta algo por
traer. Sólo cuando le digas que no, se llevará tu número.
Pues estas son algunas de las cosas que creemos que
pueden ser de utilidad antes de emprender tu viaje a dos ciudades
espectaculares. Si tienes más dudas que podamos aclarar no dudes en recurrir a
nosotros.
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